Un viaje de esos que no se te olvidan, una experiencia exigente pero que una vez superada te deja un sabor de boca insuperable. En combinación con una semana en Zanzibar es el plan 10. Hay gente que dice, ¿Pagar por ir a sufrir? Está claro que si esa pregunta resuena en tu cabeza no es tu viaje. La montaña tiene eso, no es para todo el mundo, pero por una cuestión más mental que física. El Kilimanjaro es un monte exigente pero que tiene la ventaja de ser muy fácil técnicamente, no es necesario ningún conocimiento en alpinismo, ni material propio del alpinismo. Así que si estás leyendo estas lineas seguramente te esté picando el gusanillo de intentarlo.
¿Por qué subir el Kilimanjaro?
La verdad es que para esto tampoco hay mucha respuesta, si te gusta la montaña la respuesta es bien sencilla, será una experiencia que no olvidarás en la vida. Si no te gusta la montaña, creo que no es tu viaje. El día de cumbre es bastante exigente y llega un momento que subes más con la cabeza que con el cuerpo, por lo que tiene que ser algo que te mueva y que te haga subir aún cuando ya no te queda ni un gramo de energía.
¿Es dura la ascensión?
Nosotros subimos por la ruta Rongai, no es de las más duras, pero tampoco es de las mejores para aclimatarse. Los primeros días sinceramente no me parecieron en absoluto difíciles (no estoy precisamente en forma), se sube muy despacio y llegas como una rosa al final de la etapa.
Eso sí el día de cumbre es de esos que no olvidas en la vida, es duro, realmente duro, pero tampoco imposible. Repito yo no estoy en forma y lo logré, muy cansado pero lo conseguí. Simplemente que el día de cumbre se juntan muchos factores: cansancio acumulado, altura, frío, la etapa de cumbre se hace completamente de noche arrancando a las 23.30 de la noche más o menos. Todos estos factores hacen que el ataque a la cumbre sea un día exigente, pero como digo no imposible, ni hace falta ser un montañero sobrecualificado, pero tampoco una alimaña de sofá.
¿Hay que estar preparado fisicamente?
Yo no estoy lo que se dice en forma. Me encanta la montaña y durante mi día a día no paro de moverme por mi forma de ser y mi trabajo, pero no entrenó ningún deporte. No creo que sea algo para cualquiera, la tasa de éxito ronda el 50% (depende de rutas, es una media). Para mi el pilar fundamental es que te guste la montaña, la psicología juega un papel importante y si el monte no es lo tuyo, la cabeza dejará de funcionar pronto.
Si realmente sueñas con subirlo, adelante, la cabeza hace milagros.., pero con sentido común, si te agotas subiendo la cuesta de tu pueblo, es mejor que cambies de planes.
¿Hace falta mucho entrenamiento?”
Es más importante entrenar la mente que el cuerpo, que obviamente debe cumplir unos mínimos. Si eres capaz de subir 1000mts de desnivel sin morir en el intento, puedes subir el Kilimanjaro. Las etapas no suelen superar este desnivel (al menos por la Ruta Rongai) por lo que es como subir un monte al día.
¿Afecta mucho el mal de altura?
Esta es la gran incógnita de este viaje, el mal de altura es algo que no tiene un patrón, cada organismo reacciona de una manera. Nosotros no tuvimos ningún problema salvo el sofoco si intentas hacer algo rápido. Los guías son conscientes de ello y te hacen subir desde el primer día a un ritmo tortuga que llega a sorprender al principio, pero que ayuda mucho a que la altura no sea un problema. Nosotros a parte tomamos Edemox, que ayuda a controlar la tensión para llevar mejor el tema de la altura.
¿Se puede subir sin guía?
Creo que no se puede llegar hasta la cumbre si guía, lo tienen bastante regulado como el número de guías por persona ya que en el pasado tuvieron bastantes problemas porque subían muchas personas con un solo guía y esto generó accidentes algunos de ellos con final trágico. Por lo que tendrás que buscar una agencia para realizar la ascensión. Podrás organizarlo todo desde casa o armar el viaje una vez llegado allí. La primera opción es más “segura” pero más cara.