El problema es que a esta altura el agua pasa a ser nieve y la vista, en una de mis escapadas al baño, de lo que ayer estaba completamente pelado fue para quedarse con la boca abierta. El monte estaba completamente blanco, una noche bastó para cubrir lo que quedaba de ascensión de un manto blanco que visualmente era preciso, el problema es que había que subirlo, ahora si, nevado.
Como era de esperar la mañana amaneció fría pero sin lluvia y en el campamento la nieve no había llegado, pero las vistas de lo que nos esperaba por delante eran cuanto menos intrigantes. Así que un desayuno, como a díario, con un buen té caliente y mochilas a la espalda que comenzaba el penúltimo día antes de la noche de cumbre, los nervios comenzaban a flotar en el ambiente.
La etapa hasta Kibo Hut fue para mi de las más bonitas, comenzábamos a pisar nieve, e incluso caminamos nevando, pero el terreno era cómodo y con el “pole,pole” todo se llevaba de maravilla, Una etapa cómoda y sin sobresaltos, ya estábamos por encima de la máxima altura a la que habíamos caminado hasta ahora (4200 mts del Camino Inca), así que empezaba el terreno desconocido.
Muy bien asesorados por Filex, todos los días nos obligaba a bebernos 2l de agua cada uno para evitar cualquier problema con la altura y la verdad es que no sé si nuestro cuerpo, las recomendaciones, el edemox o una combinación de ambas estaban resultando y no sentíamos ni una sola molestia asociada a la altura. Eso si llega un punto en que hay que hacer las cosas a cámara lente, 2 esprines que me pegué para intentar sacar una foto y casi me ahogo,
A esta altura todo hay que hacerlo como si estuvieras caminando por la Luna, despacito y sin grandes esfuerzos porque la falta de oxígeno se empieza a hacer patente. Pero quitando este detalle, el minuto a minuto transcurría sin ningún tipo de molestia, ni si quiera dolor de cabeza que era una de las cosas que me preocupaba porque soy bastante proclive a ello.
La llegada a Kibo Hut es algo que se te queda grabado, es un pequeño campamento con infraestructura “permanente” ya que en este punto se juntan varias rutas. El verlo todo nevado, la gente bien equipada y bastante meneo montañero empieza a ponerte en tu sitio y darte cuenta de que esto no era un paseo dominguero.
En este punto es donde empecé a tener la sensación de ascensión a una gran montaña, comenzaba la parte dura de la expedición. Hasta ahora todo había sido un paseo largo, pero un paseo al fin y al cabo.
Tras la comida tocaba un poco de siesta para cenar bien pronto, sobre las 17.30 y meternos a la cama de nuevo para echar medio sueño más ya que a las 23.30 había que levantarse para comenzar la ascensión.
Ahora si que si comenzaban los nervios de verdad. Filex nos dio las últimas indicaciones sobre la ropa necesaria para hacer cumbre y la suerte estaba echada, esa noche intentaríamos hacer cumbre.
2 responses
Este viaje no se te olvida eh…
Ahí le has dado, este va a ser difícil borrarlo de la retina.